y la ternura de tus manos en las mías,
con la caricia próxima de un mar
-silencio, rumor y brisa-,
recorro los minutos sin prisa
en esta mañana en que deseo
-libre de egoísmos-
acertar en el análisis
y luego retornar para volver a hablar.
En principio me reafirmo:
nunca renunciar a ser uno mismo
ni al derecho inalienable de amar.
Estoy pensando en ti y tu circunstnacia, no en mì.
Quiero ser tu amigo,
no que estés conmigo.
Hazle duelo a lo que ensució un amor del bueno,
a lo que de verdad murió.
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